
A la hora de referirse a la coyuntura económica que
atraviesa Latinoamérica, Ernesto
Gutiérrez Conte destaca que la región ya logró superar las consecuencias de
la crisis subprime que, aunque menos que a otras zonas, también la alcanzó.
“Los principales efectos parecen diluidos. El riesgo país
volvió a los niveles pre-crisis, se observa un retorno de capitales a la región
y la recuperación de la tasas de crecimiento”, menciona en tono tranquilizador,
a la vez que enfatiza que la devaluación del dólar a nivel mundial significa
una mejora en los términos de intercambio, “mejorando la posición relativa del
continente” dice Ernesto Gutiérrez Conte.
Respecto de la oxigenación que significa para las economías
latinoamericanas la escalada de los precios de las commodities, el empresario
considera que se trata de una oportunidad que ya está teniendo efectos en la
mejora de la calidad de vida de la gente, pero puntualiza que la coyuntura
conlleva también un desafío, que es redefinir las políticas para explotar al
máximo las oportunidades que se abren.
“El reto es importante en las economías latinoamericanas,
las cuales enfrentan ventajas comparativas asociadas a sus recursos naturales.
La explotación de estas ventajas no debe ser un freno para la diversificación
de la estructura productiva”, añade y, en ese marco, apunta que la clave es
agregar valor a la producción primaria, incorporarle tecnología. A ese esquema
le suma otro factor crucial, el “correcto” manejo del tipo de cambio que es
“clave para lograr los resultados”.
Hablemos un poco de macro economía y de su impacto en los
negocios, ¿qué consecuencias dejó la crisis subprime en la región, ya pudieron
superarse?
Esta crisis encontró a la región con una solidez inédita.
Sus impactos en Latinoamérica fueron muchos menores que los proyectados. Sin
embargo, se observó una importante salida de capitales, un incremento del
riesgo país y una desaceleración del crecimiento. Sin dudas los procesos de
acumulación de reservas fueron centrales para la morigeración de la crisis. A
la fecha, los principales efectos parecen diluidos. El riesgo país volvió a los
niveles pre-crisis, se observa un retorno de capitales a la región y la
recuperación de la tasas de crecimiento.
La economía mundial vive una tensión importante entre las
tres monedas líderes (dólar-euro-yuan) ¿cómo le pega esto a Latinoamérica?
Se observa una interesante devaluación del dólar dentro de
un proceso de inestabilidad cambiaria. Esto implica una devaluación tácita de
las monedas latinoamericanas, puesto que la mayoría cotiza contra el dólar. A
su vez, la inestabilidad de sus monedas y de sus tasas de interés esta teniendo
efectos puntuales en el mercado de commodities. Ambas situaciones se conjugan
en una mejora de los términos de intercambio de la región, mejorando la
posición relativa del continente.
Latinoamérica atraviesa un ciclo de excepción por el precio
de las commodities, ¿es una bendición o una condena?¿Es una oportunidad
histórica que se está aprovechando o no se sacan tantos beneficios como se
podrían lograr?
Es una oportunidad histórica. Si bien no todos sus efectos
son positivos, porque implica un incremento en la inflación y a veces fuerza a
la apreciación nominal de las monedas, mejora considerablemente las condiciones
macroeconómicas de los países. Las mejoras en los niveles de vida de la región
parecen afirmar que la situación se está aprovechando. El gran desafío es redefinir la política
económica con la intención de sacar el mayor provecho a esta situación.
El reto es importante en las economías latinoamericanas, las
cuales enfrentan ventajas comparativas asociadas a sus recursos naturales. La
explotación de estas ventajas no debe ser un freno para la diversificación de
la estructura productiva. Al mismo tiempo, se debería incorporar contenidos
tecnológicos en las actividades vinculadas a estos mismos recursos. El correcto
manejo del tipo de cambio durante el ciclo económico es clave para lograr estos
resultados.