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Hasta hace no mucho, la genética sorprendía con la posibilidad de ver en una
cancha a una abuela, madre e hija. Con la clonación se podrán ver equipos
conformados enteramente por Cuateteras, por ejemplo.
Julio Ernesto Gutierrez Conte:
Dentro de cuatro años vamos a ver jugando a estos fenotipos de alta gama. Vamos
a ver muchos animales que hoy podríamos decir que han vuelto a nacer, como el
caso de Aiken Cura. Me acuerdo cuando recibí un mail de Adolfito diciéndome
“volvió a nacer el Cura”. Todo esto genera también situaciones muy interesantes
de animales machos que han sido capados y que luego por su performance
deportiva hubiesen tenido posibilidades de ser grandes padrillos y hoy se
clonan y nacen enteros y con esa posibilidad que, literalmente, les fue
cercenada.
-¿Cuál será la repercusión en el mercado de generar 70 Cuarteteras?
Julio Ernesto Gutierrez Conte:
Creo que más importante que generar 70 Cuarteteras va a ser generar 70
embriones de Cuartetera. Sin dudas va a inducir en el mercados es una mayor
capacidad de adquisición de una genética superior por parte de todos los
jugadores. Evidentemente cuando hay 50 embriones de Cuartetera a la venta
enlugar de tres, los precios son más baratos y esa línea de raza, que hoy
pareciese que fuera de exclusivo dominio de algún superdotado como Adolfito o
un Pieres, va a ser de más fácil acceso. La gran virtud de todo esto es que
acerca la genética superior a todos los jugadores que están en el sistema, pero
sin dudas establece una instancia previa de inclusive mejorar esa Cuartetera
porque le vamos a poder dar diez padrillos distintos y vamos a tener diez
líneas genéticas nuevas.
Dentro de cinco o seis años va a existir un parque de animales notablemente
superior, de mayor envergadura y mejor calidad.
-¿ Los clones que se remataron el año pasado establecieron un parámetro en
cuanto a precios? Las cifras oficiales de venta de caballos siempre han sido
muy ambiguas al no existir una regla de mercado que instaure que tal jugador
jugó determinado chukker de cierto torneo con este caballo y por eso se
determina su precio.
Estableció un termómetro en cuanto al éxito de nuestra iniciativa. Fue un
remate record (NdR: U$ 800.000 por un clon de Cuartetera), que ayudó al
resultado final de las expectativas que teníamos desde un principio. Un
producto que habíamos generado con los clones ya tenía precio y valor y era
asequible por parte del comprador. Logró que se transparentara un mercado como
el polo que, evidentemente, vive una explosión a nivel mundial por la cantidad
de jugadores que existen en la actualidad.
¿Cuándo se estima que estará el primer jugador clonado en Palermo?
Julio Ernesto Gutierrez Conte:
Creo que en cuatro años tendrán la madurez deportiva suficiente para soportar
la exigencia de un Abierto de Palermo. Dentro de dos o tres años jugarán
prácticas en algún campo arenoso de la provincia de Córdoba, cerca de
Washington (NdR: localidad donde tiene sus campos Adolfo Cambiaso). De ahí en
adelante, la evolución en todos los estamentos podrá terminar de entrenar a un
animal de alta performance.
¿Y siguiendo la línea de emprendimientos en sociedad con Cambiaso, ¿ cómo
continúa el crecimiento de La Dolfina Polo Ranch?
Julio Ernesto Gutierrez Conte:
Fue una apuesta de comprar un campo al lado de La Dolfina, alambrado de por
medio. Compramos originalmente 400 hectáreas y después le sumamos 100 hectáreas
más. Teníamos la estrategia de hacer un barrio con amigos para que sucediese
con más frecuencia lo que ya venía sucediendo: jugar al polo y estar más cerca.
Esto implicó que muchos patrones tuviesen un lugar fijo. Después se
incorporaron muchos jugadores y , a partir de ahí, ya se sumaron seguidores.
Hoy hay más de 200 goles dentro de La Dolfina Polo Ranch y posee un desarrollo
de polo que no tiene nada que envidiarle a Pilar Chico. Además tiene
posibilidades de seguir creciendo.
- Tanto crece este concepto que están haciendo lo mismo en Siena.
Julio Ernesto Gutierrez Conte:
Sí, es un gran proyecto en la Toscana. El año que viene ahí se va a estar
jugando el Abierto de Italia. También estamos viendo hacer algo en los Hamptons
y en Santa Bárbara, en Estados Unidos.
- Y el combo se completa con la indumentaria marca La
Dolfina.
Julio Ernesto Gutierrez Conte:
Exactamente. Es una marca que está creciendo y con mucho para desarrollar. El
primer proceso fue instalarlo en la Argentina con diseño, identidad y calidad
para ahora desarrollarlo en el exterior. El año que viene estamos con tres
aperturas en Europa (Londres, Berlín e Italia) dos en Estados Unidos (Nueva
York y Miami). Queremos transmitir una identidad. El polo no es el límite de lo
que expresa la marca. No es una identidad aspiracional. Es algo relacionado con
la naturaleza, con la esencia deportiva que tenemos con Adolfo. Los dos jugamos
al polo y hacemos surf. El es mejor en el polo y yo, en el surf. Es volcar esas
pasiones en algo con lo que te sentís cómodo, no con los que proyectas vender.
Cada producto que tenemos y que vamos a tener tiene que tener ese espíritu, con
el que obvio ícono de Adolfo y lo que transmite en la gente.
Los formularios para solicitar visas reclaman que uno manifieste si lo hace
por negocio o por placer. Ernesto Gutiérrez marca las dos opciones. Empresario
de logros incuestionables y curriculum envidiable, posee un ítem que quizá sea el
más anhelado de todos: conoce a la perfección la formula para transformar
su placer en negocios rentables y revolucionarios.